195 años de Prado

prado wikiQuién iba a decir que el tiempo pasa tan rápido. Parece que fue hace no tanto cuando se inauguró la ampliación de Rafael Moneo para el Museo del Prado, la cual incorporó al espacio expositivo el ruinoso claustro de la iglesia de San Jerónimo el Real, claustro que hoy luce radiante. Parece que fue hace poco tiempo cuando el agua entraba en alguna sala por las goteras, parece que fue hace poco cuando las obras maestras de este templo de la pintura se iban al exilio por la Guerra Civil. Pocos recuerdan que Fernando VII fue quien inauguró este lugar como museo de pintura, aunque fuese Carlos III quien lo construyera como Gabinete de Ciencias Naturales en un estilo neoclásico elegante y monumental. Pero menos aún se recuerda que fue Fernando VI quien planeó hacer aquello, o que, antes que él, Velázquez le dijo a Felipe IV por qué no hacer en El Escorial una buena selección de obras de arte para que los viajeros extranjeros ilustres pudieran verla.

Desde entonces ha llovido mucho, y ahora somos nosotros los que podemos disfrutar de los tesoros que hay en el icónico edificio del Paseo del Prado, un museo que hoy cumple 195 años.

El Museo del Prado no es un museo enciclopédico como otros grandes museos europeos, como por ejemplo El Ermitage en San Petersburgo, Los Museos Vaticanos o El Louvre. El Prado es una pequeña cámara de las maravillas, al estilo de las que se pusieron de moda a partir del siglo XVI. Es un museo de delicatessen, en donde todo lo que hay es de primera calidad, un museo de piezas de 5 estrellas. Sin duda es uno de los emblemas de la ciudad de Madrid, foco de atención de turistas, estudiantes, artistas y gente que va allí, con mucha razón, para poder sentir el placer visual que da observar cosas bellas.

Este es un museo que merece ser felicitado no sólo por que hoy es su cumpleaños, si no porque lo que hace, lo hace bien y ayuda a difundir el patrimonio de todos, por eso no estaría de más pedir que no suban más el precio, sobre todo en los tiempos que corren.

Una buena forma de celebrarlo es ir a visitarlo (yo lo hice ayer) ya que además hoy es gratis y se pueden ver todas las exposiciones temporales. Una de ellas me llamó mucho la atención, principalmente por las dos impresionantes cabezas que te reciben al entrar. Esa exposición se llama Las Ánimas de Bernini, y trata de la relación entre ese artista italiano del Barroco y la corte española.

14-bernini_self-portrait_oxfordLo primer que uno se encuentra es que no es una exposición demasiado grande, pero sí muy intensa. Tan intensa como el preciso color rojo bermellón que cubre sus paredes; y es que aún no se le había hecho a este artista una exposición monográfica en España. Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) era napolitano, pero fue el gran artista de la Roma barroca. Arquitecto, escultor, pintor, escenógrafo, ingeniero… lo tenía todo. Aunque en arquitectura era bueno, hizo un proyecto para la nueva fachada del Louvre que era impresionante (lástima que no fuera del gusto de la snob corte francesa y no se llegara a realizar), personalmente creo que fue superado por otro arquitecto mejor: Borromini. De cualquier modo Bernini fue el gran artista de los Papas en la Roma del Barroco, pero antes de llegar a eso, un Bernini muy joven, recibió un encargo del prelado español residente en Roma, Pedro de Foix Montoya, su primer encargo bien documentado. Se le pidió que hiciera dos teste, dos cabezas, muy expresivas (una ilusión barroca absoluta) que hoy se conservan en la Embajada de España ante la Santa Sede en Roma.

IMG_0158Esas cabezas se pueden ver ahora en el Prado. Son el Alma Beata y el Alma Condenada. La primera es una dulce joven, casi una niña, con una mirada que se pierde en el más allá, está viendo lo Divino, el Paraíso al que va a llegar. Tiene la boca entreabierta (ambas tienen la boca abierta, pero el gesto es muy distinto) y está coronada por una corona de lo que parecen ser rosas. En cambio la otra cabeza es un hombre, joven, pero no un niño; con la boca abierta en un grito desagradable, como su rostro, que es una mueca extraña, con el pelo enredado y las cejas muy subidas. Se cree que esta segunda cabeza, a mi gusto la mejor de las dos, podría ser un autorretrato del propio Bernini, se usó a sí mismo como modelo. Como he dicho antes, ese rojo de los muros, nos inquieta nada más entrar, nos hace sentir cosas, al igual que el arte barroco, arte de la Contrarreforma. Merece la pena tomarse su tiempo viendo y disfrutando de las dos cabezas con calma, ver el trabajo del trépano en el mármol, el pulido final y como las sombras modelan las expresiones. Estas piezas están siempre en Roma, aunque pertenezcan a España, y es una suerte que se puedan exponer ahora aquí.

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BorgheseEn la misma sala tenemos otra gran obra de Bernini, el busto en mármol de su primer protector, el Cardenal Scipione Borghese, sobrino del Papa Pablo V. Este impresionante busto se encuentra habitualmente en la Galleria Borghese de Roma, quien no haya ido que no dude en hacerlo la próxima vez que viaje a la Ciudad Eterna. Es un retrato absolutamente psicológico, en donde el cardenal Borghese parece que va a hablar. Tiene un rictus en la cara como de estar dialogando, como si Bernini le hubiese estudiado en movimiento y luego lo hubiese plasmado en la roca metamórfica que es el mármol blanco de Carrara. La delicadeza de pliegues, las calidades de las supuestas telas, los cabellos de la perilla, todo es magnífico. Hay una anécdota muy curiosa en relación a este busto, y es que cuando Bernini tenía casi acabada la pieza, improvisadamente apareció una veta en el centro de la frente del personaje. Gajes del oficio, como se suele decir, la naturaleza es impredecible; ¿cual fue la solución?: hacer otro igual, ya que no había otra cosa que hacer. Así, en la Gallería Borghese, se pueden ver ambos bustos, con beta de mármol y sin beta.

borghese con beta

Otras obras de Bernini se exponen en esta exposición. Por ejemplo dos autorretratos, uno de juventud, con una línea mucho más marcada y una importancia del dibujo más clara; y otro de madurez, con un trazo mucho más suelto y abocetado. También hay un modelo o boceto en arcilla para la genial Éxtasis de Santa Teresa en Roma, o también dibujos, diseños arquitectónicos, estudios de monumentos ecuestres…

No quería terminar este post, sin dejar de hacer referencia a mi obra favorita de Bernini, el retrato de Constanza Buonarelli, su amante (Museo del Bargello en Florencia). Un retrato que demuestra y expresa toda la pasión, la fuerza y la belleza de esta mujer. Una retrato más informal, con el cabello hacia atrás, la cara despejada, una mirada expresiva, una belleza formal innegable y que pasará a la eternidad al haber sido plasmada en este bloque. Pieza que también tiene un pequeño toque erótico-pasional en el botón desabrochado de la camisa de esta sencilla y bella mujer.

amante

Sin duda esta es una buena excusa para celebrar junto con el Prado sus 195 años, o simplemente que sea la excusa para visitar, una vez más, sus salas.

Imágenes propias y de wikipedia.

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