Una isla, una ciudad-estado, uno de los países con el PIB más alto del mundo, un lugar multi racial, un país con 50 años recién cumplidos, uno de los centros financieros y bursátiles del mundo… todo eso y mucho más es Singapur, un lugar llamado también la Suiza asiática. Primero fue invadida por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, luego se independizó de Reino Unido en 1963 para ser parte de Malasia, y finalmente, en el 1965, se independizó totalmente. En ese momento nadie esperaba que una pequeña isla debajo de la gran Malasia, una isla sin ningún tipo de recursos naturales, con poca población y mucha jungla, fuese capaz de hacerse así misma; pero desde los ’70 hasta hoy se ha dado la vuelta a la tortilla. Ahora sus cinco millones y medio de habitantes viven en uno de los territorios con mayor poder adquisitivo de Asia y del mundo. He podido estar en este estupendo lugar en dos ocasiones, la última ha sido en las Navidades pasadas, aquí os cuento algo más sobre este país, uno de los llamados cuatro tigres asiáticos.
Singapur supo sacarle mucho provecho a su situación estratégica. Ya que es un territorio muy pequeño (del tamaño de la Comunidad de Madrid) no contaba, ni cuenta, con recursos naturales suficientes para poder alimentar a su población, así que todo hay que importarlo, principalmente lo hace de su vecina: Malasia. Pero sin embargo Singapur ofrecía un clima templado todo el año, un puerto geolocalizado en uno de los cruces de mercancía más importantes a nivel mundial (su puerto es de los primeros del mundo en número de contenedores y movimientos comerciales), se especializó en una economía competitiva y de fiscalidad muy baja y además pensó, que como no tenía materias primas que vender, lo que haría sería procesar materiales que compraba a terceros a buen precio y los revendería, tras la transformación, más caros. Por eso hoy en día allí se fabrican abundantes materiales electrónicos y tecnológicos, a parte de que es uno de los lugares en donde más combustible se refina para luego venderlo.
Uno de los lugares más famosos de Singapur es su centro financiero. Muy cercano a lo que es la zona más antigua de la ciudad, en donde hay más edificios coloniales, como el precioso y lujoso Raffles Hotel, es un área llena de rascacielos de distintas alturas y épocas. Es curioso ver como las torres, símbolo del poder de la economía de libre mercado, se apiñan unas a otras. Las más bajas, con una estética más antigua, son las de los años ’70, momento del despegue económico del país, y se mezclan con las ultramodernas y vanguardistas ciudades verticales de acero y cristal; por supuesto todo ellos decorado exteriormente con los colores y neones tan típicos del gusto oriental, y que hace que las ciudades del sudeste asiático casi sean más luminosas de noche que de día.
Junto a esa zona financiera se encuentra el complejo hotelero y de juego Marina Bay Sands, del multimillonario y magnate judío, de los EEUU, Sheldon Adelson. El conjunto Marina Bay une el concepto de casino con hotel de lujo y centro comercial, también de lujo y con canales y barcas en su interior. Curiosamente el casino no es accesible desde el exterior y no hay ningún distintivo especial que indique que allí se encuentra una sala de juego. No olvidemos que en Singapur estaban prohibidas las apuestas, excepto en el hipódromo, pero se hizo una zona especial en donde sí se permitía, en donde la fiscalidad era diferente y en donde se puede fumar; algo muy semejante a lo que se iba a hacer en Madrid de haber fructiferado la idea de Eurovegas. El conjunto Marina Bay Sands esta formado por el moderno centro comercial y por tres altas torres detrás, las cuales están unidas entre sí por una terraza (skypark) en donde hay un bar y la piscina a mayor altura del mundo, desde la que se pueden ver una excelentes vistas. Todo ello se completa con un espectáculo nocturno diario de luz, sonido y lasers; que aunque no está mal, personalmente se me queda en poca cosa tras ver la impresionante Dubai Fountain y su espectáculo de luz y sonido a los pies del rascacielos Burj Khalifa.
Pero el Marina Bay Sands no es sólo eso, junto al hotel se encuentra el Singapore Flyer, la noria panorámica más grande del mundo, el Museo de Arte y Ciencia de Singapur, con su curiosa forma de flor abierta, y el impresionante jardín botánico de Singapur, llamado Gardens by the Bay, que se encuentra a la espalda del hotel-casino; en mi opinión estos jardines son de lo mejor que hay en Singapur. En este parque (de acceso gratuito, excepto al interior de los gigantescos y ultramodernos invernaderos) se encuentran los que poco a poco se van convirtiendo en el nuevo icono de la ciudad, los super-trees, o super árboles. Son unas estructuras metálicas de 50 metros, autosuficientes, autorreguladas energéticamente y por donde van trepando distintas plantas tropicales. En lo alto de una de ellas hay un bar y se puede caminar entre ellas, a casi 40m de altura, ya que hay una pasarela que las une, la llamada skyway. Yo recomiendo visitar la zona cuando esté cayendo la tarde, es el momento de mejor temperatura y además, según va anocheciendo, las estructuras de los super-trees se iluminan de llamativos colores.
A parte de toda esta modernidad, Singapur es un lugar de fuertes tradiciones asiáticas, en donde las culturas, malasia, china, india, británica … dan una buena mezcla, y también en lo culinario. Por eso recomiendo no perderse el curioso, aunque también turístico, barrio de Chinatown, en donde se puede regatear y comprar baratijas tras comer platos típicos chinos. También está Little India, un barrio más caótico que el resto de Singapur, pero con mucha más vida y color. Allí se pueden visitar varios templos hindúes, recordad que siempre hay que descalzarse. También es recomendable comer en algún restaurante local de comida típica india o comprar en el gigantesco Mustafá Centre, un mall (o centro comercial) que nunca cierra, abre las 24 horas los 365 días, y en donde encontrarás las mejores ofertas en ropa, bisutería y perfumes; eso sí, este centro comercial está bastante más desordenado y mucho más lleno que los demás.
Por último tengo que recomendaros que os paséis por algún restaurante de comida típica singapurense. La cocina de esta isla es una mezcla de las distintas culturas que la componen, pero sobre todo se nota la influencia china. Las verduras suelen ser rehogadas con ajo, el pollo o el cerdo los encontrareis rebozados, fritos y más o menos picantes, según el gusto, y el plato estrella es el cangrejo de mar en salsa de pimienta negra, toda una delicia. En las fotografías podéis ver este plato típico y un restaurante muy auténtico, se llama SIN HOI SAI eating house, y es un lugar de comida casera en donde van los habitantes locales a comer y cenar. Siempre está muy animado ya que la comida es muy buena, la terraza es estupenda y la simpática dueña (a la que nosotros simplemente llamamos «la abuela» ya que nunca recordamos su nombre) tiene muy buen carácter. Este sitio se encuentra muy cerca de Amber Road, junto al Katong Shopping Centre. Si vais por allí no dudeis en acercaros.
Singapur es esto y mucho más, por lo que espero contaros muchas más cosas en futuros post.
Imágenes propias.
Cada vez haces fotos más chulis. 😉
Muchas gracias! Poco a poco se va mejorando
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