El arquitecto Santiago Calatrava (Benimámet 1951) es también considerado ingeniero y escultor. Su formación fue muy completa ya que estudió y vivió en el extranjero, por ejemplo en París, aunque lo más destacable es que tras completar sus estudios de arquitectura en Valencia, de trasladó a Zúrich (1975) para hacer un postgrado en ingeniería, ciudad en donde dejó huella con una magnífica (al menos para mí) estación de ferrocarril, que plasma perfectamente un estilo más sobrio y de dimensiones más modestas de sus obras de juventud, nada que ver con lo que vino después. Indudablemente se nota su formación como ingeniero, ya que la concepción, el desarrollo de las estructuras y los materiales hablan de ello. Algunas de sus características arquitectónicas denotan un estilo muy personal, repetitivo para muchos y bastante grandilocuente; pero que sin embrago consigue una fascinación en el espectador como muy pocos arquitectos consiguen. Hoy en día es uno de los más famosos del mundo y tiene proyectos y edificios diseminados por todo el globo, y aunque ha sido galardonado con distintos premios, por ejemplo el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, no ha conseguido el preciado Premio Pritzker de Arquitectura, el Nobel de los arquitectos; cuyo último galardonado ha sido el japonés Toyo Ito, que personalmente me encanta.

Calatrava está pasando por momentos bajos, hay que reconocerlo. Muchos le critican por diseñar construcciones caras (algunas han triplicado el coste presupuestado), repetitivas o que no tienen en cuenta el entorno en donde se encuentran. Todo ello es verdad, ya que a él nunca le ha interesado lo que tengan alrededor sus diseños, pero sin embrago los clientes que los encargaron ya sabían de su personal estilo. Calatrava es un creador de contrastes. Muchos critican el impresionante y expresionista Auditorio de Santa Cruz de Tenerife, pero otros muchos lo alaban por su imponente fuerza y belleza, que se acentúa con la iluminación nocturna. The New York Times hizo una durísima crítica contra él cuando dijo que el proyecto que se le había encargado para el nuevo intercambiador de transportes del reconstruido World Trade Center, en la Zona Cero,  era exagerado y poco útil para lo que se había pensado, pero sin embargo aún sigue en la mente de muchos amantes de la arquitectura ese concepto de que la bóveda del futuro intercambiador se abrirá automáticamente todos los 11-S para dejar entrar la luz del sol y poder ver el cielo, otros apuntaron que se abriría de noche y que del interior saldría una columna de luz. Fascinante.

Pero también hay sombras oscuras, por ejemplo en Asturias pocas excusas se pueden poner a la hora de justificar el mamotreto que es el Palacio de Congresos y Auditorio Princesa Letizia de Oviedo. Muchos autóctonos ven en él una especie de cangrejo extraterrestre descomunal, pero lo peor de todo es que la visera delantera del edificio debería ser móvil, aunque finalmente no lo es ya que el mecanismo que lo permitiría no funciona.

Algo semejante pasó en Bilbao. Imaginó un magnífico y flamante nuevo aeropuerto que tiene una de las salas de espera casi a la intemperie. También Calatrava diseñó un estilizadísimo puente sobre la ría, llamado Zubizuri, que en un principio no debería haber dado muchos problemas, sobre todo después del gran éxito que tuvieron sus ingenios en los puentes de la Expo ’92 de Sevilla sobre el Guadalquivir. Sin embrago la pasarela Zubizuri estaba pavimentada con unas elegantes y futuristas baldosas de vidrio, las cuales resbalaban los días de lluvia (hablamos de Bilbao) y que se rompían con mucha facilidad, más de 600 de ellas tuvieron que ser reemplazadas, lo que supuso un buen coste al ayuntamiento. Tiempo después, las reformas de la ciudad llevaron a que el consistorio de Bilbao modificara una parte de uno de los extremos del puente para unirlo al nuevo urbanismo que se estaba desarrollando en esa margen. Calatrava los denunció porque no habían tenido en cuenta su propiedad intelectual al variar el proyecto. En un primer momento la justicia no le hizo mucho caso, aunque finalmente, tras un recurso, el Ayuntamiento de Bilbao tuvo que indemnizarle con 30.000 euros.

En el País Vasco le salió bien, pero ¿qué está ocurriendo en Italia? Algo se mueve en Venecia. Sería un acontecimiento histórico, durante siglos solo el Puente de Rialto cruzaba el Canal Grande, y hasta el siglo XIX no se hicieron el puente dell’Accademia y el puente degli Scalzi, éste último cerca de la Estación de Santa Lucía. Calatrava había sido el elegido para hacer el cuarto puente sobre el Gran Canal (llamado Puente de la Constitución), algo histórico, pero su diseño se retrasó casi 10 años. En un primer momento la estructura pensada era demasiado pesada y tenía demasiado empuje para los terrenos blandos y poco estables de la ciudad de los canales. Además las piezas llegaban en barco, más costes, ya que eran muy grandes, el proyecto tuvo un sobrecoste inicial de 4 millones de euros (aunque finalmente el puente costó más de 11 millones de euros a pesar de que el coste inicial eran 3,8 millones), y por supuesto la estética no gusta a muchos ya que nada tiene que ver con la tradición arquitectónica de la Serenissima; pero el remate fue que le ocurrió lo mismo que en Bilbao, las losetas de cristal resbalaban y además se rompían. En mi último viaje a Venecia pude ver la solución salomónica tomada, una parte del puente estaba recubierto de algo que parecía alquitrán. Pero esta vez puede que Calatrava no se escape de la justicia, ya que el Tribunal de Cuentas de Italia le investiga por los sobrecostes del proyecto y por los perjuicios ocasionados; pero a esto hay que sumar que también el ayuntamiento de Venecia le ha denunciado por el dinero que se ha tenido que gastar en las reparaciones del puente y las indemnizaciones a las 38 denuncias de viandantes que han resbalado.

En nuestro país su última aventura tiene que ver con el Palau de les Arts en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, otro pozo sin fondo. El presupuesto original tuvo que ser triplicado a la hora de construir los 4 edificios y dos puentes de Calatrava que lo componen (IMAX Emisferic, Museo de Ciencias Príncipe Felipe, Palau de les Arts Reina Sofía y el Ágora), no olvidemos que el Oceanografic no es de él, y por el momento no ha dado problemas. El pasado 26 de diciembre el fuerte viento hizo que una parte de la cubierta cerámica, del Palau de les Arts, llamada trencadís (concepto que inventó Gaudí y que consiste en azulejos rotos e irregulares haciendo mosaico) se desprendiera. Se decidió cerrar el edificio y suspender las funciones operísticas, con el consiguiente detrimento económico por gastos de cancelación, hasta que se pudiera garantizar la seguridad de las personas. En días pasados se ha comenzado el montaje de andamios para eliminar ese trencadís peligroso, que por otra parte no se sabe aún si se volverá a recubrir de nuevo con la misma técnica o no; por el momento se piensa que el coste será de 3 millones de euros y se habla de que la Generalitat Valenciana está planteándose una denuncia a Calatrava.

Después de todo esto, la última actualización es que el própio architecto demanda a Esquerra Unida de Valencia (EUPV) por daños morales al «denigrarle» a él y a su obra en la web www.calatravatelaclava.com. Un nuevo capítulo del culebrón.

No todo es negativo en relación a Calatrava, y para concluir quiero hablar sobre un rascacielos de 190 metros de este arquitecto estrella que no ha dado problemas, es el genial Turning Torso (2005) de la ciudad sueca de Malmo. El barrio elegido era una zona marginal junto al Mar Báltico a la que se quería regenerar, por eso se elevó un edificio con núcleo de hormigón armado, como columna vertebral, en donde se superpusieron nueve cubos de hormigón y vidrio que van girando desde la planta primera hasta la última en un ángulo total de 90 grados; el acero, el vidrio y el aluminio fueron otros de los materiales utilizados, el concepto es intentar imitar un torso humano girándose. El uso es de oficinas, salas de reuniones y viviendas de lujo.

Un arquitecto estrella que deslumbra, para bien o para mal, pero lo hace. ¿Qué opináis de él?

Imágenes propias y wikipedia