En la Región del Véneto y a pocos kilómetros de Padua y Venecia se encuentra una pequeña ciudad llamada Vicenza, una villa con un interesante pasado antiguo y medieval, pero universalmente famosa por ser conocida como la ciudad de Palladio.
Para llegar a Vicenza lo más sencillo y habitual es hacerlo por avión hasta el Aeropuerto Internacional Marco Polo de Venecia. Muchos viajeros pasan unos días en la ciudad de los canales y para luego coger un tren que en aproximadamente una hora nos dejaría en Vicenza, la estación de tren está bastante cerca del centro de la ciudad. Otros aeropuertos cercanos son Verona o Treviso. Vicenza no es una ciudad grande, aunque con una industria floreciente, y la oferta hotelera está bastante bien, los hay tanto en el centro como algo más alejados de éste, y por lo tanto más modernos. La cantidad y calidad de los restaurantes es bastante buena, cerca de la plaza principal no tendréis ningún problema en encontrar un bonito (y romántico) sitio donde disfrutar de las delicias de la comida italiana y de los vinos de la zona.
Palladio (1508-1580) fue un famoso arquitecto del Renacimiento italiano, trabajó en toda la zona del Véneto (norte de Italia), pero principalmente en Vicenza. Aunque él había nacido en Padua su familia se trasladó a ésta ciudad, por motivos de trabajo de su padre, cuando él era muy pequeño. Se sabe que entró a trabajar en un gremio de picapedreros y tuvo algo de formación arquitectónica, pero su genio innato le dio su futura fama.
Nuestro arquitecto se llamaba realmente Andrea di Pietro della Gondola, pero el apodo de Palladio le viene dado por su gran amigo el Conde Giangiorgio Trissino, rico mecenas y humanista universal, cuando equipara el arte del joven arquitecto a la importancia que tenía la diosa Pallas Atenea como deidad protectora de las artes y símbolo de la razón y la sabiduría. En Vicenza Palladio consiguió una serie de encargos de juventud, muy probablemente por las influencias ejercidas por Trissino en el gobierno público, que le alzaron a la fama.
En pleno centro de la ciudad, en la plaza más importante, el poder civil de la ciudad le encargó una obra que hoy en día es el emblema de la urbe, la llamada Basílica Palladiana, la cual es reamente el ayuntamiento. Éste era un edificio que ya existía previamente, es más, su origen es medieval (siglo XIV) con una bella y esbeltísima torre del siglo XV; pero estaba parcialmente inconcluso y en la época de Palladio se veía como un lastre del pasado. Necesitaban una nueva imagen urbana, y se la encargaron a Palladio. Sin meterme en una detallada explicación arquitectónica e histórica (para ello os podéis venir de viaje conmigo o esperar un poco ya que pretendo hacerlo en el futuro con un post temático) podemos decir que Palladio lo que hizo fue meter el viejo edificio medieval en una blanquísima y deslumbrante camisa o segunda piel de estilo renacentista y clásico; en donde la sucesión de serlianas (arcos de medio punto enmarcados por pequeños arquitrabes laterales) crean un ritmo eterno, acompañadas de elegantes semi-columnas. Todo el conjunto está coronado por una cubierta curva, semejante a la quilla invertida de un barco, de color verde y decorada con muchas esculturas que parecen ser la continuación óptica de las semi-columnas de las fachadas, si bien éstas aparecían en los planos de Palladio (aunque sin detallar qué personajes o qué ciclo iconográfico se debía seguir) su realización es posterior a la muerte de éste, son de mediados del siglo XVII. Toda la zona superior del edificio queda unificada ópticamente con una balaustrada que lo rodea por completo y que es el podio donde se suben las estatuas.
Siguiendo el Corso Palladio, la calle principal de la ciudad a la que atraviesa, podréis ir encontrando otros edificios de distintas épocas y también otros tantos diseñados por Palladio para la aristocracia vicentina de la época, por ejemplo el Palacio Pojana, Palacio Thiene, Palacio Valmarana Braga-Rosa o el Palacio Barbarano da Porto, actual Museo y centro de estudios e interpretación de Palladio, inaugurado en 2013.
Al llegar al final de dicha calle nos encontramos con el impresionante Palacio Chiericati, el único de los que diseñó Palladio que no está adosado a otros. Girolamo Chiericati, cabeza de familia de la adinerada familia, le encargó la creación de un bello edificio que fuese el símbolo de su estirpe, es más, se pudo concluir (muerto ya Palladio) ya que el heredero de Girolamo Chiericati, Valerio, se encargó de ello. A pesar de esto, la conclusión total y decoración del edificio se alargó bastante en el tiempo y finalmente en el 1855 el ayuntamiento de la ciudad lo compró para ser el Museo Cívico y galería de pintura. Palladio lo concibió como un edificio elevado sobre la plaza (actual Plaza Matteotti), la cual está muy cerca del río y en siglos pasados se inundaba con las crecidas de éste. La fachada tiende a la horizontalidad con una simetría preciosa. La planta baja está compuesta por columnas de orden toscano (orden dórico pero con basa) que sujetan un pórtico o loggia sobre el que se encuentra el segundo pisó de orden jónico. Las columnas de la planta baja reposan en la plataforma del palacio, pero las columnas del piso superior se apoyan sobre unos cuerpos cúbicos que quedan unidos por una balaustrada. Además, el cuerpo central de ambas plantas está ligeramente adelantado, y en los extremos de ese cuerpo central adelantado Palladio coloca ramilletes de columnas que consiguen una sensación tridimensional y que rompen la monotonía de los intercolumnios. En el proyecto original del palacio, Palladio ideó que todo el segundo piso fuese abierto como el primero, creando así dos loggias o pórticos superpuestos y abiertos a la plaza. Pero finalmente en el siglo XVII los herederos de la familia Chiericati deciden cerrar parte del segundo piso para crear un gran salón de baile y fiestas, tan de moda en la época y tan del gusto de los componentes de la familia en el momento. El conjunto se remata con pináculos geométricos, candelabros y esculturas que, como ocurría en la Basílica Palladiana, estaban en los planos originales y que fueron añadidos posteriormente. En los últimos años ha sido sometido a una excelente restauración que le ha dado de nuevo el aspecto impoluto que Palladio ideó.
Éstos que os he resumido no son los únicos ejemplos de arquitectura palladiana en la ciudad de Vicenza, hay muchos más; y probablemente el más famoso de todos sea el genial Teatro Olímpico, una construcción renacentista basada en los teatros romanos de la Antigüedad, pero cubierto, y decorado con cientos de esculturas y elegantísimas decoraciones en madera y estuco. De momento os dejo sólo una imagen, en otro post lo veremos en profundidad.
Imágenes propias
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Jaime, enhorabuena. Tengo dos preguntas:
1. La arquitectura palladiana tuvo seguidores, otros arquitectos posteriores
que siguieran los principios de forma u ornamentación que Palladio combina
(entiendo que se define arquitectura palladiana a una determinada manera de
construir ideado por Palladio)?
2. Que formación tuvo exactamente Palladio para poder llegar a calcular
estructuras y aprender a diseñar y planificar edificios? En aquel entonces
habría escuelas de arquitectos, no?
Muchas gracias…. Y perdona mi incultura!
Abz
Hola Vaca,
Tus preguntas no son en absoluto síntoma de incultura, ya que son totalmente lógicas; en este post no me he metido a fondo con la figura y la biografía de Palladio, ya que pretendo hacerlo en el futuro. Para mí es un arquitecto universal y habría tanto que decir que lleva su tiempo.
En relaión a lo que tú dices, afirmas correctamente. Palladio creó moda, es más, creó un estilo llamado Palladianismo o estilo palladiano, aunque lo más correcto sería decir neo-palladianismo ya que esos edificios basados en él se hicieron tras la desaparición del maestro. Por otro lado hay que decir que Palladio a su vez tomó influencias de otros arquitectos anteriores a su generación, como el importantísimo arquitecto del Quattrocento Leon Battista Alberti (1404/1472),
http://www.santandreainmantova.it/
que a su vez se basó en un arquitecto de la antigüedad romana llamado Vitruvio (S. I a. C.). De cualquier modo, Palladio tomó algunos modelos anteriores, aprendió de ellos, y creó un estilo nuevo y con unas características que hicieron que la fama le viniera sola, inventó un modo de construir que nunca nates se había visto en edificios civiles y religiosos.
Fue muy admirado en todo el globo. Uno de sus más fieles seguidores fue un inglés llamado Inigo Jones, que tuvo gran fama en su país. Pero la moda palladiana se extendió hasta las colonias americanas, y por ello muchos edificios de iberoamérica (sobretodo ayuntamientos, bancos, tribunales de justicia…) tienen esta estética. También en USA fue muy imitado, y así la mayoría de las grandes villas y casas coloniales de Mississippi, Louisiana, Alabama etc. están basadas en su obra.
En relación a dónde aprendió Palladio a diseñar estructuras y edificios, hay que saber que hay algunas lagunas en su biografía. En la época, la arquitectura no se enseñaba en la universidad, y la mayoría de las academias de arte no aparecen hasta un siglo después; lo habitual eran aún los gremios o los talleres de los artístas, en donde los alumnos se convertían posteriormente en maestros. Se dice que siendo Palladio joven entró a trabajar para el conde Giangiorgio Trissino en la remodelación de su villa a las afueras de Vicenza, y que Trissino quedó fascinado con la originalidad y monumentalidad de los planos que le presentaba Palladio. Gracias a Trissino pudo viajar a Roma y continuar su formación.
Espero que esta parrafada sea suficiente para responder a las preguntas de la vaca más sabia.
😉
Muy interesante el artículo….me he quedado con ganas de saber más sobre este magnifico arquitecto; esperamos un futuro post sobre él!! Enhorabuena!!
No te preocupes Nacho que llegarán. Gracias a tí.
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