El Teatro Olímpico de Vicenza

En el centro de la ciudad ipanoramicataliana de Vicenza se encuentra un edificio que lleva desde el siglo XVI fascinando a los viajeros y que milagrosamente ha llegado hasta nuestros días sin reformas, retoques ni daños. Con el elegante nombre del Teatro Olímpico, la ciudad consiguió un icono eterno de la mano del arquitecto Palladio. Un nuevo clasicismo había llegado a Occidente.

La ciudad de Vicenza se encuentra en una región de clima suave, con un paisaje bastante verde y bien regalada por ríos y canales, por eso prosperaron la agricultura y la ganadería. La tierra comenzó a trabajarse de un modo más intensivo y la pequeña nobleza local, muy numerosa, explotó sus tierras con gran productividad y la urbe se fue embelleciendo con las obras públicas (como la basílica palladiana) y los palacios privados cuyas fachadas y diseños luchaban entre sí para ver cuál era más novedoso y elegante.

Este florecimiento hizo que la adinerada sociedad vicentina también tuviese un alto nivel cultural, creándose así la llamada Sociedad Olímpica (1555), donde un exclusivo grupo de 21 hombres (entre los que se encontraba Palladio) hacían reuniones culturales, de tertulia y teatrales. En un principio tenían un modesto local llamado la Casa Académica, pero en 1579 compraron un solar más grande, adosado a la antigua muralla en donde había zonas militares que ya no se usaban, el encargó de hacer ahí un nuevo y espléndido teatro recayó en Palladio.

Él ya había tenido ciertas experiencias en relación a los teatros, ya que se dice que en Venecia había diseñado alguno portátil para representar obras religiosas. Además Palladio conocía bien los teatros de la Antigüedad, como los de Verona o Roma. Sobre 1580 ya estaba todo listo, incluidos los planos y una maqueta no conservada, para comenzar la construcción.

Cuando se accede a este monumento lo primero que se visita es un pequeño jardín, junto a la muralla de ladrillo, en donde están diseminados unos cuantos restos arqueológicos hallados en la ciudad, por ejemplo esculturas, capiteles, restos de columnas, etc. Pero con diferencia lo más impresionante es la sala del teatro, la cual está claramente basada en los teatros romanos aunque está cubierta, y aquellos eran al aire libre. Las gradas tienen forma semicircular y separandteatro-griego-vs-romano1o a éstas de la zona llamada scaene, encontramos la orchestra semicircular también, en donde se colocarían los músicos. La principal diferencia entre los teatros griegos y los romanos, es que la orchestra en Grecia era siempre un círculo completo y después estaba el scaene; en cambio en Roma los teatros tenían su orchestra semicircular ya que por un lado estaban las gradas y por el otro el escenario rectangular. Palladio usa el modelo romano y tras el escenario coloca una fachada de varios pisos, totalmente decorada  y con varias puertas (5 en este caso) por donde entraban y salían los actores.

Toda esa fachada teatral está hecha en madera y estuco, aunque a los ojos del visitante es parecida a la piedra. Está compuesta por tres pisos en cuyo centro encontramos un arco del triunfo que nace en el piso bajo y entra en el segundo, creando una composición monumental que además está bellamente decorada con múltiples esculturas decorativas, entre las que se encuentran figuras desnudas, victorias aladas y relieves (en el tercer piso o ático) con escenas de la vida de Hércules, héroe mitológico que es habitualmente tomado como modelo de virtudes y fortaleza moral y física.

En esa misma fachada monumOLYMPUS DIGITAL CAMERAental encontramos una serie de nichos, que parecen fachadas de pequeños templos, columnas y ventanas ciegas que sirven de alojamiento para otras tantas esculturas. Éstas iban a ser en un principio representaciones de alegorías y artes, y muchas de ellas así lo fueron; pero finalmente las cabezas de las que ya estaban hechas fueron sustituidas por los rostros de los académicos de esa distinguida sociedad. Por lo tanto, y si el espectador es meticuloso, encontrará varios cuerpos claramente femeninos o afeminados, pero con cabezas de hombre. Tras esto se siguieron haciendo más esculturas para completar los espacios, aunque ya las hicieron con cabezas y también cuerpos totalmente masculinos.

Tras las gradas se cierra el semicírculo con una bella columnata, en unas partes cegada y en otras no, cuyos vanos sirven para el acceso del público a la parte alta del graderío, ya que para llegar a la parte baja hay otros dos acceso laterales en esa zona. Entre algunos de los intercolumnios, siempre siguiendo una regla precisa, de nuevo Palladio colocó hornacinas en donde hay más representantes de la Sociedad Olímpica de Vicenza.

general

El techo está decorado con un trampantojo, es decir una pintura que intenta engañar al ojo y hacerle creer que lo que ve es real, que representa el cielo abierto con nubes y con una luz azulada y rosácea. El espacio interior del teatro no es muy amplio realmente, pero ésta técnica ayuda a que parezca más grande de lo que es en realidad. Este techo decorado llegó hasta el siglo XX en unas condiciones malas, por lo que a principios de éste fue sustituido por otro exactamente igual.

Por desgracia Palladio nunca vio acabada está obra ya que muerío antes, ocurrió lo mismo en bastantes obras suyas, y fue uno de sus hijos, llamado Silla, quien la acabó siguiendo metódicamente los planos; aunque lo intentó nunca tuvo el mismo éxito que el maestro.

Unos años después plantade la concfachada wikilusión del edificio, la Sociedad Olímpica compró unos solares que estaban en venta tras el teatro, y lo amplió. Tras la fachada del escenario se quedó libre un espacio en donde Scamozzi (1548-1616) diseñó una impresionante escenografía perpetua de calles que desembocan en éste. Scamozzi era más joven que Palladio, y se le considera su sucesor directo en importancia. Era originario de Vicenza y tenía un estilo semejante a su maestro, por lo que  a veces hubo problemas de autoría. En un tras-escena corto, Scamozzi consigue crear una tramoya arquitectónica en la que colocando el punto focal del espectador muy alto, crea una ilusión óptica que hace parecer como si esas calles fueran realmente mucho más largas, además las fachadas de los falsos edificios de esas vías que desembocan en el escenario se van reduciendo de tamaño con la distancia y así la sensación de profundidad es aún mayor. La intención de Scamozzi era que la obra de su maestro quedara unida a la suya pero sin fracturas y además hacer un homenaje al mundo clásico que tanto amó Palladio. Se dice que esas calles representan una idea perfecta de una ciudad de la Antigüedad, para algunos una utópica Tebas.

En 1994 el Teatro Olímpico de Vicenza fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Imágenes propias y wikipedia.

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