Desde siempre me ha fascinado la mitología, cualquiera de ellas (china, hindú, nordica, egipcia…) me resultaban entretnidas a la vez que fascinantes y desbordantes de imaginación. La mitología es un conjunto de historias o leyendas ficticias que forman parte de la esencia de la cultura de una civilización. La palabra proviene del griego, en donde mythos quiere decir » el discurso» y logos la «expresión de los pensamiento». Los relatos mitológicos han sido fuente de inspiración inagotable para los artístas de todas las épocas. En particular, la cultura occidental ha usado la mitología grecorromana como su refente más usual. De todas las mitologías existentes, la clásica ha sido la que más me ha marcado, y los amores y odios de los dioses del Olímpo me resultaban especialmente interesantes; a la vez que su sencillo modo de ver el mundo y las fuerzas de la naturaleza me resultaba encantador.

Por eso, cuando el Museo Lázaro Galdiano me propuso escribir un itinerário temático sobre mitología clásica que recorriese toda la colección del Museo, no lo pensé. Este itinerario forma parte de una serie de publicaciones que ofrecen al visitante una manera diferente de disfrutar de las colecciones reunidas por José Lázaro a lo largo de su vida. En este caso hice una selección de 24 obras de arte que tienen una temática mitológica, para ayudar al visitante a comprender mejor quiénes son los personajes representados y qué historias nos narran esas piezas.

La mitología clásica ha sido siempre un referente en la historia del arte occidental, y durante siglos sirvió a los artistas para representar los amores, pasiones y virtudes de la sociedad del momento. Los mitos nacen como modo para explicar los acontecimientos naturales que rodeaban al hombre en la Antigüedad, pero con el paso de los siglos esas leyendas comenzaron a tener un carácter más poético y alegórico.

En los años en los que José Lázaro dedicó su vida a la búsqueda de obras de arte, muchas de las que entraban a formar parte de su elenco tenían una temática mitológica o en relación a los dioses y héroes antiguos. En una colección tan variada como ésta el itinerario ha podido seleccionar piezas muy diferentes, no sólo cuadros, si no también pequeños broces, cerámica, estampas, joyas, muebles… Siendo ésta una pequeña muestra de la gran cantidad y calidad de los objetos artísticos, que en relación a la mitología, se encuentran en las salas del Museo Lázaro Galdiano.

De las que están incluidas en el libro, una de mis piezas favoritas es la bella escultura del jardín, que a pesar de estar algo erosionada por el tiempo y los elementos, no ha perdido su belleza. En el bello jardín, diseñado por Alfonso Spalla, de influencias isabelinas, inglesas e italianas que mandó plantar José Lázaro en su finca, se colocarón diversas piezas de gran valor para decorarlo, las más importantes fueron retiradas tras la muerte del coleccionista para ser conservadas en las salas del Museo y que así no sufrieran las durezas del clima. Pero entre las que se dejaron se encuentra una figura femenina acompañada de un extraño ser fantástico y que se ha relacionado con Galatea. La escultura probablemente fue comprada en París a principios del siglo XX y está realizada en mármol blanco. Galatea era una bella nereida (hija de Nereo, una deidad marina menor) que vivía en la isla de Sicilia. Ésta ninfa estaba enamorada de un apuesto y joven pastor local llamado Acis, y su amor era correspondido. Pero de la joven también estaba enamorado el cíclope Polifemo, un terrible y gigantesco ser con un solo ojo. Un día Acis y Galatea estaban tumbados en la blanca arena de la orilla del mar y ella tenía la cabeza apoyada en el pecho de su amado. La escena fue vista por Polifemo, que lanzó un terrible grito de ira. Acis, asustado y confundido, salió corriendo intentando huir, pero el cíclope le arrojó una gran roca que le aplastó. Galatea, desconsolada, lloró muchos días la muerte de Acis, y finalmente transformó su roto cuerpo en un río de aguas cristalinas. En la escultura aparece Galatea junto con un raro animal tras ella, es un ketos, especie de híbrido entre lobo marino con pezuñas de caballo y cola de serpiente; del nombre de este ser legendario procede la palabra cetáceo.

El mito de Acis y Galatea fue muy usado por diversos artístas, sobre todo pintores; aunque también fueron varios los músicos que tomaron la leyenda para hacer óperas. Por ejemplo el músico español del siglo XVIII Antonio de Literes (1673-1747) mientras trabajaba en la corte del primero Borbón, Felipe V, compuso un aria con el título «Acis dichoso» para conmemorar el cumpleaños del monarca. Literes hoy en día es un compositor poco conocido por el público general, pero en la época tuvo una enorme fama.

Si alguien está interesado, el libro se puede comprar directamente e la tienda del Museo, en la Calle Serrano 122.

Imágenes propias.