Son cinco las Casas Museo que buscan un lema común. Son cinco pequeños museos madrileños que muchos desconocen, tanto los que viven en la capital como los de fuera. Pero sin embrago son 5 lugares muy diferentes entre sí y también del concepto de museo típico. Todos fueron casas, todos estuvieron habitados, todos son pequeños espacios que nos llevan a otro tiempo, todos impactan al visitante que se adentra en sus habitaciones y los cinco necesitan público, por eso han unido sus fuerzas para hacerse oír. Por todos es sabido que la mayoría de los turistas que llegan a la capital de España se suelen quedar en el llamado Triángulo del Arte, es decir recorren los tres museos principales que hay en el Paseo del Prado y alrededores. Todos conocen el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza, pero un poco más allá, solo unos minutos a pié más hacia adelante, o un par de paradas de metro después, hay mucho más. La mayoría de visitantes de estos cinco palacios transformados en museos suelen decir lo mismo: “no me imaginaba yo que esto estuviese aquí”.

Ya que estos centros de arte no tienen ni de lejos el poder mediático y económico de las grandes pinacotecas madrileñas, han pensado juntarse para crear un lema o eslogan que los englobe a los cinco, y de esa forma hacer una difusión conjunta. Lo original es que para ello piden la ayuda del público. A través del correo electrónico de cada una de las sedes, o de las redes sociales, sus seguidores pueden dar ideas y opiniones de los lemas que se les ocurren para englobar a los cinco. El lema ganador se llevará un premio y esperemos que estas antiguas casas consigan mayor visibilidad. En el hastag #los5museos todos los twitteros pueden mostrar sus ideas, para conocer las bases y más información tienes este enlace.

El Museo del Romanticismo es uno de esos bellos ejemplos de arquitectura madrileña del siglo XVIII, relativamente sobrio por fuera pero con un gran lujo interior de la época decimonónica. En pleno barrio de Malasaña (Calle San Mateo 13) se encuentra este bello lugar que tras sufrir una profunda reforma interior para mejorar sus instalaciones, se reabrió, hace apenas 3 años,  con un pequeño cambio en su nombre, paso de ser el Museo Romántico a ser el Museo Nacional del Romanticismo.  El Marqués de la Vega-Inclán (1858-1942) donó su bella colección de objetos artísticos y obras de arte al Estado, con lo que se pudo abrir esta institución para deleite del público.

El Museo Nacional de Artes Decorativas en la Calle Montalván 12  se encuentra muy cerca del Triángulo del Arte y del nuevo espacio cultural del Ayuntamiento, el llamado Centro Centro en el Palacio de Cibeles o actual Ayuntamiento, pero sin embargo no consigue ni la mitad de visitas que sus compañeros. En este caso un antiguo palacio de la nobleza fue comprado por el estado en los años 40 para albergar piezas de las llamadas artes industriales o artes menores, siguiendo, en cierta medida, el modelo de otros museos ingleses como el Victoria and Albert Museum. Entre los enormes fondos se pueden ver objetos de todo tipo: joyas, porcelana, alfombras, mobiliario, textiles, relojes…

El Museo Sorolla es probablemente el que menos presentación necesite. Al pintor que le da nombre todo el mundo le conoce, pero quizás no todos sepan que en la Calle General Martínez Campos 37 estaba la casa familiar dónde vivió con su esposa y musa Clotilde y sus hijos. El edificio, con claras influencias folklóricas y mediterráneas, tiene un bellísimo jardín compuesto de tres partes diseñadas por el propio artista. El jardín sevillano, el granadino y el cordobés son remansos de paz en la ciudad. En el interior se conserva aún el estudio en donde Joaquín Sorolla trabajaba, además del último cuadro que pintaba y que se quedó a medias cuando sufrió un ataque de hemiplejía en esta misma residencia.

El Museo Lázaro Galdiano representa el afán de un coleccionista obsesivo y erudito. Cuando el rico empresario José Lázaro Galdiano se casó con la adinerada dama argentina Paula Florido decidieron construirse un bellísimo palacete neo-recentista en la Calle Serrano 122, en pleno Barrio de Salamanca. Tras morir sin descendencia, José Lázaro decide donar toda su colección al Estado en el año 1947, y en 1951 se abrió al público. La colección es magnífica: Murillo, Zurbarán, Ribera, El Bosco, El Greco, Velázquez, Carreño, Madrazo, Goya… además de miles y miles de piezas variadas, como mobiliario, bronces, esculturas, monedas, medallas, marfiles, textiles, abanicos, llaves, rosarios, plaquetas, platería, cristalería, cerámica… Tampoco debemos olvidar el propio palacete con todo su lujo interior, la biblioteca con más de 20.000 volúmenes y el elegante jardín.

Por último, el Museo Carralbo tiene también unas características semejantes al anterior. Un gran coleccionista y mecenas, el Marqués de Cerralbo, en una elegante mansión con jardín, esta vez en la Calle Ventura Rodríguez 17. La colección sobresale por la gran cantidad de obras de arte de gabinete o artes industriales, pero sin duda la decoración pictórica de techos y muros, el salón de baile y la impresionante escalera quebrada, hacen que el contenedor de esta colección sea de un nivel sobresaliente.

Hasta el 25 de noviembre de 2013 a las 23.59  horas todo el mundo tiene la oportunidad de contribuir con su ingenio a que estos lugares sean más conocidos y visitados. Por eso alguien dijo que la unión hace la fuerza, ¿no?